
En muchos despachos recibimos la misma consulta: “¿Qué ocurre si un empleado extranjero pierde o no renueva su autorización de trabajo?”. La respuesta no es tan sencilla como parece, porque entran en juego tanto la normativa laboral como la de extranjería.
Lo primero que debe saber la empresa es que la falta de autorización de trabajo no supone por sí sola la extinción automática del contrato. El Tribunal Supremo ya ha dejado claro que despedir por este único motivo se considera un despido improcedente, salvo que se sigan los cauces legales adecuados. En la práctica, esto significa que si una empresa comunica al trabajador que “ya no puede seguir porque no tiene papeles”, se expone a una reclamación con derecho a indemnización.
La vía correcta para la empresa es tramitar un despido objetivo por ineptitud sobrevenida, ya que la autorización de trabajo es un requisito esencial para poder desempeñar el puesto. Los tribunales han confirmado esta interpretación en diversas ocasiones, permitiendo la extinción del contrato siempre que se cumplan los requisitos de forma y de fondo (comunicación escrita, preaviso y abono de la indemnización legal de 20 días por año).
Ahora bien, cada situación tiene matices:
- Si la autorización se renueva después, el despido puede declararse improcedente.
- Si la pérdida del permiso se debe a una negligencia del trabajador, los jueces han admitido que el empresario no deba cargar con todas las consecuencias.
- En contratos temporales vinculados a contingentes de extranjeros, la extinción suele considerarse válida cuando caduca la autorización.
En materia de Seguridad Social, la ley es muy estricta: un extranjero en situación irregular no puede estar dado de alta ni cotizar. Aun así, el empresario que contrata en estas condiciones se expone a sanciones muy graves y, además, debe ingresar las cuotas que hubiera correspondido, aunque el trabajador no genere derecho a prestaciones.
Un punto delicado es el derecho a la prestación por desempleo. La jurisprudencia insiste en que solo quienes están en situación regular pueden cobrar el paro. Incluso los periodos trabajados sin permiso no se tienen en cuenta para calcular la duración del desempleo, aunque después se obtenga la autorización.
En resumen, la pérdida o no renovación de la autorización de trabajo genera un terreno complejo donde confluyen el Derecho laboral y el de extranjería. Por eso, tanto empresas como trabajadores necesitan asesoramiento especializado antes de tomar decisiones que pueden acabar en los tribunales o con sanciones económicas.
En nuestro despacho analizamos cada caso de forma individual, valoramos las vías legales disponibles y ofrecemos soluciones prácticas para proteger los intereses de nuestros clientes, ya sean empresas o trabajadores afectados.
