Gracias al proceso de globalización, acelerado por Internet y las nuevas tecnologías, el mercado se ha convertido en un gran mercado. Entrar en este inmenso mercado y hacer frente a la creciente competencia, especialmente para las empresas pequeñas y con un nicho de mercado, no es fácil.
¿Para qué es un abogado mercantil?
La complejidad del mercado y la competencia entre las empresas requieren el asesoramiento de un abogado mercantil para operar con seguridad en este mundo. A estas dos circunstancias se añade la situación económica, que puede complicar la viabilidad de la empresa y requerir una acción judicial para sufrir el menor perjuicio posible, incluso recurriendo a un convenio previo. Sólo los mejores abogados comerciales, con mucha experiencia, sabrán la mejor manera de resolver un problema de derecho mercantil. Un abogado mercantil puede ser muy útil, sobre todo en materia de asesoramiento general sobre su empresa, redacción y revisión de contratos comerciales, constitución de sociedades mercantiles, concurso de acreedores, asistencia en inspecciones fiscales o laborales, modificación de estatutos sociales, fusiones de empresas, etc.
Libre circulación de mercancías en el mercado europeo
Si trabajas con tu empresa en Europa, puedes beneficiarte del mercado único de la UE. Entre los Estados europeos existen diversas libertades, incluida la libre circulación de personas, servicios, capitales y mercancías.
La libre circulación de mercancías significa que la mayoría de las mercancías pueden circular libremente dentro de dicho territorio sin costes adicionales ni restricciones cuantitativas. Sin embargo, algunas categorías de productos, como los productos químicos, están sujetas a impuestos especiales y a normas más específicas.
El término «mercancías» abarca una amplia gama de productos, incluida la energía (gas y electricidad), los productos industriales, agrícolas, alimentarios y otros. Las mercancías deben poder circular libremente por la UE, ser compradas y vendidas, sin someterse a largos y costosos procedimientos de aprobación, sin pruebas innecesarias ni otras restricciones injustificadas. Los Estados miembros controlan si las mercancías pueden cruzar las fronteras fácilmente y es tarea de la Comisión Europea garantizar que los Estados miembros actúen de conformidad con la legislación comunitaria.
Ventajas del mercado único de la UE
La simplificación de la venta y la compra de productos dentro de la UE beneficia a los consumidores, que disponen de una mayor variedad de productos en las tiendas, a menudo a precios más bajos, ya que una mayor elección significa una mayor competencia para atraer clientes.
Si echamos un vistazo a nuestros hogares, veremos que el televisor se fabrica en los Países Bajos, la lavadora en Alemania, los muebles en Suecia, etc. La libre circulación de mercancías también beneficia a la economía europea, que necesita un mercado amplio y competitivo para crecer.
En efecto, las mercancías representan alrededor del 75% del comercio intracomunitário. La creación de un verdadero mercado único europeo de mercancías que funcione crea una base interna para que las empresas de la Unión Europea crezcan y sean competitivas en la escena internacional, atraigan inversiones y creen empleo.
¿Cuáles son las normas y reglamentos de la UE sobre productos?
Antes de introducir mercancías en el mercado de la UE, hay que prestar atención a la salud humana y animal, al medio ambiente y a los derechos de los consumidores.
El factor de la seguridad es una cuestión muy importante en los sectores de productos medicinales y alimenticios. Por ejemplo, los productos químicos deben cumplir la legislación de la UE sobre productos químicos, así como los reglamentos relativos a la clasificación, el etiquetado y el envasado de los productos químicos.
Por lo que se refiere al medio ambiente y a los derechos de los trabajadores y consumidores, la empresa debe actuar con una óptica correcta, respetando a las personas más débiles a lo largo de todo el ciclo de vida del producto, desde su producción hasta su comercialización.
Por último, en general, la empresa debe comportarse adecuadamente con los consumidores finales de la Unión Europea. Por buena conducta se entiende que la empresa no debe discriminar a determinados consumidores europeos y debe poner su sitio web a disposición de todos los clientes residentes en la Unión Europea.
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